declaración de artista

Juguetes, cuentos y todo aquello que se produce para los niños es fundamental en mi trabajo. En todo ello he descubierto los materiales idóneos para contar lo que quiero. Un día encuentro una Barbie desnuda, tirada entre ositos de peluche. El hecho de que se tratara de un juguete tan connotado no hizo más que contribuir a aumentar mi interés y dedico un tiempo considerable a jugar con ella. Inicialmente mis intenciones se aproximaban mucho a lo que Hans Bellmer hacía con su doll, experimenté buscando algo similar con Barbie.
Aunque mi vocación siempre fue la pintura, he permito que sea la propia lógica de mi trabajo la que decida las estrategias, procedimientos y técnicas a emplear. Nunca me he considerado fotógrafo, mis fotografías iniciales sólo eran una especie de testimonio de la experiencia, posteriormente, cuando introduzco la narración, las imágenes pasan a ser concebidas como fotogramas de una película. Mi actitud ante la obra es simultáneamente la de pintor y la de cineasta y en menor grado la de fotógrafo. Aquí es indispensable mencionar la deuda que mantiene mi obra con el cine, concretamente con el género del suspense.
Mi proyecto hasta ahora ha utilizado la confrontación de elementos opuestos como estrategia. La mezcla de ambos pasando por los intermedios sitúa mi trabajo en una zona fronteriza tanto en el aspecto conceptual como en su relación con las estrategias de representación empleadas. Desde un principio me ha interesado mucho el trabajo de Jeff Koons, su capacidad para crear conflictos en la realidad y cuestionar ciertos límites. El aspecto Kitsch de sus obras mezclado con una dosis considerable de porno, junto con su posición irónica y cínica hacen que se convierta en uno de los polos primarios. Las pinturas de Edward Hopper y el cine de suspense suponen el opuesto. El vacío, la soledad, el drama, personajes alienados en espacios desolados, la sensación de guión cinematográfico que se aprecia en unas pinturas que más que congelar un instante parecen filmar una eternidad. Hopper supone quizás el referente más importante para entender la bopolaridad de una obra que dilata justo en esa fractura intermedia. Tanto el uso documental inicial como el posteriormente cinematográfico hacen que la mayoría de mis trabajos durante este tiempo se hayan formalizado en fotografías. Mi última obra introduce elementos como la instalación, la performance, la escultura, el video, el diseño y estrategias de gestión empresarial confundidas en un guión cinematográfico con un marcado carácter de suspense. He tratado de utilizar estrategias contemporáneas para captar la atención del espectador basadas el juego, la seducción, el simulacro y el espectáculo para posteriormente invitar a participar de un guión que revela en su suceder un juego perverso, donde lo más intenso quizás no sea tanto el juego en sí, como la apariencia seductora y ligera que adopta para darse.
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